Así, en la nota de prensa de su lanzamiento, el museo se define como un lugar "diseñado no sólo para los nostálgicos, sino también para los curiosos de este arte digital en pleno auge" cuyo objetivo es "democratizar y promover la cultura del videojuego ante el gran público".
En sus exposiciones podemos encontrar todas las consolas comercializadas, desde la Odyssey a la Dingoo, pasando por la mítica VCS 2600 de Atari, la Game Boy, la PlayStation 2 o la XBOX 360...
Otra de sus secciones pretende honrar a los maestros del videojuego. De este modo, en la sección de 'personalidades' encontramos a genios como Shigeru Miyamoto, creador de las sagas Mario Bors y Zelda; Hideo Kojima, padre de Metal Gear y Zone of the Enders, entre otros; Nobuo Uematsu, que ha compuesto la banda sonora de casi toda la saga Final Fantasy; Peter Molyneux, que se encuentra detrás de títulos Populous, Black & White y Fable, o Shinji Mikami, responsable de Resident Evil, Dino Crisis y Devil May Cry y David Cage, responsable del revolucionario Fahrenheit y el más reciente Heavy Rain.
¿Por qué un museo?
En su presentación, los responsables del museo responden a esta pregunta diciendo que "el término videojuego se reduce por muchos a una forma de ocio solitaria y simplista. La mayoría de la población concibe a los jugadores como adolescentes o adultos que pasan el tiempo en el ordenador jugando a juegos violentos y se alejan de la sociedad. Pero los videojuegos son también, y sobre todo, una cultura con sus códigos, sus referencias y su historia".
"El perfil de los jugadores ha evolucionado, así como los estilos y las posibilidades de juego. Las escuelas de videojuegos son cada vez más numerosas en Francia. El gobierno también se ha interesado en este sector y realiza una asamblea anual en el Senado. Hay más de 25 millones de jugadores en Francia, y el videojuego es la forma de ocio preferida de los franceses... Las mentalidades están cambiando y depende de nosotros darles un impulso".
El museo se encuentra situado en la parte superior del Arco de la Defensa. La entrada a este edificio cuesta 10 euros a adultos y 8,5 a jóvenes y estudiantes y, además, permite el acceso al Museo de la Informática.
Un homenaje más que interesante. Sería bueno que se empiece a ver a los videojuegos como algo más que una simple forma de pasar el tiempo...
Fuente.
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